Las horas que parecieron segundos, los instantes que acabaron como un fotograma detenido. Eso es el tiempo elástico. La manera en la que las emociones hacen que un momento se convierta en un espacio indeterminado, indefinido y abstracto. Todo cuanto es extremo en experiencia acaba topando con los límites de nuestros sentimientos, la frontera donde el impacto de la vivencia queda convertida en un recuerdo indeleble… y este, es el complejo trabajo que realizamos: hacer permanente aquello que, de otro modo, acabará diluyéndose.